M i r t a B e n a v e n t e
Artista Plástica
Mirta es oriunda de Ayacucho, Prov. De Buenos Aires, aunque reside en Buenos Aires desde 1995.
Durante los años 1980 a 1984 realiza talleres de dibujo en la Escuela de Arte Martín Malharro de Mar del Plata, ciudad donde pasa su adolescencia y parte de su juventud.
Su dedicación innata al dibujo la llevo a incursionar en la pintura desde 1990, asistiendo a diversos talleres para perfeccionar su técnica sin perder su esencia creativa e intuitiva.
Mirta Elena Benavente y el Simbolismo Espectral
La búsqueda y dominio de la materia, de las múltiples formas que acaparan el espacio y lo hacen latente ha sido sin duda una constante en el camino de todo autor, siendo el desarrollo tonal un marcado rasgo diferenciador del proceso creativo que conlleva pues, no sólo indagación, sino introspección de los propios sentimientos y emociones y una sustancial asimilación del entorno como clave de un logrado, de un positivo desarrollo artístico.
En el caso de Mirta E. Benavente todo ello se nos muestra bien patente.
La constante lucha en el sondeo de la materia le lleva a plasmar elementos susceptibles de pasar a un primer plano aunque de forma ciertamente alegórica debido a que lo simbólico da al espectador diferentes posicionamientos o maneras de asimilar lo conceptuado, llevándolo por vías bien distintas, como fruto de lo inalcanzable de la propia visión o asimilación de la realidad que posee la artista.
Lo sustancial o acaparador de la figuración es bien patente. El fondo pasa a un certero segundo plano, en ocasiones perdido, fugaz o difuminado. Simplemente suele acompañar dando arropo o cobijo a la base conceptual, concediendo mucho mayor protagonismo e incitando al “todo” recreado a desarrollar cierto movimiento que acompasa y da carácter al trabajo.
El divagar entre lo figurativo y la más pura abstracción es fruto de una intensa búsqueda, de una lucha por sondear el espacio latente y dar fiel respuesta a inquietudes y desasosiegos, dar explicación a lo incuestionable del ser, a su desarrollo formal, a su profundizar en caracteres y actuaciones susceptibles de ser enjuiciadas.
Todo ello como tránsito, como fundamental exploración de una predeterminación, como pilar necesario en la elaboración y representación de lo sustantivado en la mente creadora.
El valor de dicha representación nos viene entregado en la utilización formal de todo un conjunto de apropiados significantes que no hacen sino repercutir positivamente en el proceso creador, dando mayor sentido al desarrollo temático, al constatable engranaje que Benavente concibe y elabora de manera acertada como primordial vía en su proceso artístico.
Lo simbólico llevado al terreno espectral, al imaginativo cosmos ingeniado por la autora.
Francisco Arroyo Ceballos
Crítico Independiente / Director del CIALEC